domingo, 7 de febrero de 2010

Pobre heladero...

Para empezar con el principio, creo que debo hablar de mi primera vez en el volante…

Yo me imagino que la mayoría de los caraqueños les dan el carro por primera vez en la Cota Mil un domingo tipo 2 de la tarde, cuando reabren la avenida de nuevo y los locos apurados ya pasaron corriendo…
A mí me dieron el carro un día de esos, así, igualito. Andábamos en una blazer del 97 y no saben cuan poquito esas camionetas cruzan. Pero X yo andaba feliz pero muy tensa, agarrando ese volante como si de ello dependiera mi vida. Claro que sí dependía, pero exageré, de verdad al día siguiente me dolía la espalda de la tensión!
La lara lara lara, yo iba por mi avenida tranquilita, suavecito, despacito, con mi mama y mi papa en la camioneta y decidieron que me iba a meter para El Marqués… Para los que no saben cómo es esa salida se las describo: Es en bajada, bajada, bajada, bajada… Uno tiene que aprender a frenar despacito antes de enfrentarse a una bajada, cierto? Pues nos dimos cuenta de eso y era necesario que yo no manejase más para que en otra oportunidad lo logre. Pero era un poco tarde para orillarme y me dijeron que cruzara a la segunda callecita que entra a donde están las casitas…
Recuerdan lo que les dije de que las Blazers no cruzan mucho? Yo no lo sabía… Había un heladero justo en la esquina (del lado contrario en la vía que yo suponía debía ir) y en la bajada yo intentaba frenar despacio (en bajada!) veía que el heladero se acercaba más a mí, más, más y más y la camioneta no quería cruzar!!! Tuve que meter todo el pedal de freno para no atropellarlo!!! Que susto, que miedo! Pobre heladero!

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